El pasado 15 de agosto tuve el honor de recibir el primer premio en el X Concurso de Microrrelatos «El Roblón» organizado pora la Asociación Felix de Martino de Soto de Sajambre.
En esta edición la temática sobre la que tenía que girar el texto era la espera. El jurado ha considerado mi relato Libertad merecedor de la distinción, lo que me hace sentir muy orgullosa.
Gracias a este premio he tenido la oportunidad de conocer Soto de Sajambre y visitar el Museo-Escuela Felix de Martino, una verdadera joya digna de difundir.
Muchas gracias a la Asociación Felix de Martino, especialmente a la organizadora del concurso Esperanza Temprano y a toda la acogedora gente con quien tuve la oportunidad de coincidir en la entrega.
Enhorabuena a Sara Coca por su segundo premio y también al resto de finalistas.
Cuando
llegó junio mi hermana decidió que no saldría de la barriga de mamá. Que hasta
que no le pusieran un nombre de niña en lugar del ridículo Mateo con que la
llamábamos desde que empezó a dar patadas, y hasta que no desecharan esa
absurda ropa que mamá colgaba en el armario y le compraran un vestido con
muchos volantes, no contaran con ella.
Nueve
meses habíamos esperado y ella que no y que no. Que para eso no nacía.
Mamá
se enfadó mucho. ¿Pero qué se cree este niño? ¡Caprichoso desde antes de nacer!,
le decía a papá al volver del médico con igual diagnóstico: aún no habría parto.
Si desde tan pequeño le consentimos sus caprichos ¿qué ejemplo estamos dando a
su hermana mayor?, argumentaba señalándome con el mentón.
Yo,
que prefería que Mateo fuera una niña, estaba ansiosa por conocerla. Pero ella
se hizo rogar nueve meses más. Entrado marzo, mamá era toda barriga y apenas
podía caminar. Recién entonces claudicó y preguntó como al aire… ¿qué nombre os
gustaría que le pusiéramos a la niña? Yo aposté por Aitana, papá por María y al
final, al día siguiente nació mi hermana. Se llamó Libertad.
Después de 9 años participando y 7 finales anuales, se cierra una etapa.
Le debo mucho a Relatos en Cadena. Mucho aprendizaje, muchos amigos, muchos momentos maravillosos y alguno no tan bueno, que ya ha quedado enterrado en el olvido.
Por eso me apetecía hacerle este pequeño homenaje repasando mi paso por las finales anuales y todas esas sensaciones, toda esa gente, todo ese cariño que año a año me he llevado conmigo.
Gracias a todos los que me habéis apoyado, seguido, votado, alentado durante todos estos años. Y a la Escuela de Escritores, a La Ventana de la Cadena Ser, a tantas personas que hacen posible que este concurso sea lo que es: un auténtico referente en el mundo del microrrelato.
Y llegó el día. La séptima final anual de Relatos en Cadena consecutiva. Un hito, una nueva posibilidad, pero, sobre todo, otra oportunidad de disfrutar de un día grande para cualquier microrrelatista. La visita a la Escuela de Escritores, el conocer o re-conocer al resto de finalistas, la comida compartida, las anécdotas, los nervios confesados, los que van por dentro, la expectativa, la alegría de formar parte de algo único un año más. La llegada a la radio, la visita a la codiciada terraza, el abrazo de bienvenida de Francino, las risas, las preguntas esperadas y a la vez sorpresivas, las noticias, la publicidad, el estómago apretado, el momento. La sorpresa: mi nombre pronunciado, mis “Sueños rebeldes” ganador de la XVI edición de Relatos en Cadena, los aplausos, los abrazos, un cheque gigante con un 6000 dibujado, la cima alcanzada. Tanto intentarlo, tanto perseverar, tuvo su recompensa.
Después, la despedida, ya no hasta la próxima, como los
otros años, sino hasta siempre. Ya no habrá otro julio con un día marcado
brillante en el calendario, pero sí habrá muchos que recordar. Porque tuve la
fortuna de vivir muchos lunes de julio especiales. Y que este haya sido el último,
representa un objetivo logrado. Aunque ahora la nostalgia sea grande, son tantas
las cosas que me llevo de este paso por Relatos en Cadena, tantos aprendizajes,
tantos amigos, tantos momentos maravillosos, que sé que ha valido completamente
la pena el esfuerzo invertido en llegar hasta aquí.
Por segundo año consecutivo he tenido el honor de recibir el Segundo Premio en el concurso de relato que anualmente organiza la Asociación Marbella Activa.
Este año el tema sobre el que había que escribir era Fronteras y el jurado ha tenido a bien reconocer con el segundo premio a mi relato La frontera.
Una gran alegría coincidir nuevamente con la gente de Marbella Activa, el jurado y los patroncinadores de este concurso que ya va por su décima edición y se ha consolidado dando visibilidad a la ciudad de Marbella y a sus actividades culturales.
Muchas gracias al jurado, a la asociación Marbella Activa (especialmente a Javier Lima, que hace una gran tarea organizando el concurso) y a los patrocinadores que hacen posible este certamen.