De un día para otro comenzaste a hablar un idioma que no entendemos. Cada tanto identificamos alguna preposición o un artículo aislado, pero eso no nos permite descifrar tus mensajes. Peores son tus silencios, claro. Aunque más entendibles. Significan que no quieres hablar. El ochenta por ciento del tiempo. Y el otro veinte, jugamos a cazar palabras al vuelo y buscarlas en internet. Pero sin llegar a nada. En el traductor de Google no existe la opción Pablo – Castellano. Papá y yo estamos tomando un curso intensivo, pero mientras tanto, cariño, por favor, no te pierdas del todo. Te queremos.
Me encanta cómo resuelves un reto tan difícil con la solvencia que te caracteriza. Enhorabuena
¡Muchas gracias!