Desde aquel 5 de marzo de 2014 en que recibí la primera llamada de La Ventana para decirme que estaba en la final semanal de Relatos en Cadena, ha pasado mucho tiempo.
Era la primera vez que participaba, aunque el concurso estaba en su Séptima edición, y esa llamada, aunque mi relato no se clasificara para la final semanal, provocó un giro en mí como escritora.
Escribo desde que puedo recordar. No me acuerdo de mí misma sin escribir. Pero hasta aquel marzo del 2014, no me había planteado el desafío de plasmar una historia en 100 palabras. Sí, era una neófita en esto del microrrelato.
Ahora, más de tres años después, estar en una final anual de REC, pase lo que pase el próximo lunes, significa para mí haber alcanzado una meta, un objetivo que me propuse al terminar aquella llamada en que mi primer microrrelato no pasó de fase. Algún día, iba a llegar a la final anual, me prometí. Y aquí estoy.
No fue sencillo. Los habituales de este concurso que cada vez son más numerosos, saben que no lo es. Que la calidad es muy grande y la cantidad crece y crece, por lo que la esperada llamada, suele no llegar. El truco está en perseverar. Eso es lo único que sé. Que desde aquel marzo del 2014, he mandado relatos semana tras semana, sin dejarme ni una. Y más de uno en general. Ya que estamos de balance he contabilizado nada menos que 403 relatos enviados a REC desde entonces. 3 finales semanales, 2 mensuales y esta primera esperada final anual.
Pues aquí estoy, más de tres años después, haciendo balance y sintiéndome afortunada por haber recibido aquella primera llamada. Porque fue eso lo que me dio el empujoncito para entrar en este mundo del microrrelato, donde he conocido gente muy valiosa, grandes escritores y personas (con algunos de los cuales tengo el privilegio de compartir esta final).
Le debo mucho a REC. Porque fue la puerta de entrada a una comunidad de escritores en que me siento muy a gusto, y porque pase lo que pase el lunes, no es un sitio del que vaya a querer salir.
El próximo lunes 3 de julio, allí estaré, con los nervios a flor de piel. Y el orgullo, y la alegría de compartir el momento con gente querida.
Gracias a todos por vuestro apoyo durante todo este tiempo.
Mucha suerte en la final, Patricia. Y disfruta de ese día, pase lo que pase.
Un saludo.
¡Muchas gracias, Alfonso! Claro que lo haré.
Un saludo.
Es un logro que tenía que llegarte, Patricia. Los que hemos tenido la suerte de vivir la experiencia sabemos lo emocionante que es. Disfrútala.
Enhorabuena y suerte.
¡Muchas gracias, Yolanda! La disfrutaré, sin duda
Enhorabuena. A ver si hay suerte. Y si no, que te quiten «lo bailao».
¡Gracias, José Carlos!