– ¡Estimada Croqueta, cuánto tiempo sin verla! –
exclamó una Hamburguesa de peinado elegante
– ¿Es que sabe qué pasa? ¡Ando tan ocupada! –
contestó y se llevó un Mixto por delante
– Disculpe señor Mixto – pronunció la Croqueta
y acomodó su pamela ahora un tanto ladeada
– Como le iba diciendo, mi querida Hamburguesa,
tengo mucho trabajo y el tiempo no me alcanza
– Le pasa como a mí, de eso estoy segura,
entre los más pequeños somos las preferidas
y con Patatas Fritas, que por suerte acompaña,
de plato en plato andamos y acabamos rendidas
Así hablaban y hablaban paradas muy horondas
en medio de la pista, en un salón de fiestas.
Croqueta altos tacones y flores en el pelo,
Hamburguesa llevaba su capelina puesta
Los otros invitados, poco a poco llegaban,
se iban ubicando en las distintas mesas
Albóndiga del brazo de don Arroz con Salsa
Espárrago elegante, con doña Mayonesa
Doña Porra charlaba con Croissant a la plancha
Ensalada, coqueta, sonreía a Bistec
Costilla cuchicheaba con Puré de Patatas
Salchicha se quejaba: le dolían los pies
Por si aún no adivinas, de qué fiesta se trata,
te diré que hoy en día, aún todos la recuerdan:
La boda de Tortilla y Macarrones con Salsa
¡No imaginas el lío que se armó en esa fiesta!
El embrollo empezó al llegar los dos novios
Macarrones traía cachetes colorados
Tortilla se movía despacio en su vestido
Todos los invitados querían saludarlos
En un momento apenas, en medio de la pista
Los flamantes esposos fueron apretujados
Tortilla perdió un guante, dos flores y una liga
Y al novio toda su salsa se le fue por un lado
Tortilla se echó entonces a llorar como nunca
Macarrones sin salsa estaba triste y pálido
Alrededor de ellos se hizo un gran silencio
Ni qué decir sabían, los torpes invitados
Macarrones rehízo, su traje como pudo
Y olvidándolo todo, ensayó una sonrisa
– Aquí nada ha pasado. ¡Siga la fiesta! – dijo
Y acompañó a Tortilla al medio de la pista
El baile comenzó con el vals de los novios
Y después hubo rumba, rock y chachachá
No se quedó sentado ni un único invitado
Y todos festejaron sin parar de bailar
Ya era de madrugada cuando los bailarines,
uno a uno se fueron sentando a descansar.
Croqueta ya agotada, se quitó los zapatos,
mientras Doña Hamburguesa se acercaba a charlar
– ¡Qué guapa está la novia! – dijo Doña Croqueta
– ¿Vio usted? , recién hablábamos con Doñas Espinacas
– Ese vestido blanco, la hace una princesa…
– Y el novio aunque sin salsa, no perdió la elegancia…
La fiesta terminó cuando ya amanecía
Y todos despidieron a los recién casados
Los dos iban sentados en un plato amarillo
Mientras los saludaban con las manos en alto
Esta historia aunque a muchos, os parezca mentira
Ocurrió como otras en un cuento inventado,
de esos que se cuentan para llamar al sueño
Y ponen al final: Colorín Colorado
Patricia: Me encantó leer este cuento de boda infortunada, de «sociedad retratada» y con un final feliz. Me los iba imaginando a todos mientras iban apareciendo en escena. y tal como empieza se acaba con el diálogo de doña Croqueta i doña hamburguesa. Debo ser una loca bajita de 60 años. También soy alumna de tu hermana Andrea que me mencionó este blog, porque sabe que a mi también me gusta escribir. Espero que tus palabras se pongan de pie sin dudarlo. Continuaré leyendo… Un saludo. M.Pilar Martinez (http://artgrocdefoc.com/Dies d’Art)
¡Gracias, Pilar!
Tu comentario ha sido una sorpresa inesperada y muy bonita.
Me alegro de haber llegado a una loca bajita como tú. Mi blog está en plena elaboración, pero con seguidores como tú, estoy segura de que muchas más palabras se pondrán de pie.
¡Te espero!
Un saludo
Patricia
Enhorabuena por tu talento y la valentía de perseguir tus sueños…
Gracias, Ruth!! … Siempre ayuda mucho contar con el apoyo de gente como tú. Un abrazo